lunes, 27 de agosto de 2012


Había una vez un bosque…
La desaparición de los bosques de Caldén se debe fundamentalmente a dos causas:
1)    Incendios forestales…


1)    Desmonte igual a perdida de Caldén…
Según estimaciones, de las 7.350.000 hectáreas que había originalmente (una superficie que equivale a la mitad de La Pampa), hoy apenas hay menos de 2.300.000 hectáreas, un 31% del original.
(Suplemento ECO / Agosto de 2007) Según el “Inventario de campo de la región del Espinal, formaciones de Caldén y Ñandubay”, un estudio que forma parte de la segunda etapa del Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos de Argentina, el desmonte para leña, los incendios y la extensión de la frontera agropecuaria, son algunas de causas del estado en que se encuentra el bosque de caldén.
“Diferentes actividades humanas como el desmonte para la reconversión de tierras, la extracción selectiva, el sobrepastoreo y los incendios forestales, han contribuido a la reducción de la superficie boscosa total y degradaron cualitativa y cuantitativamente los bosques remanentes de caldén”, dice el Inventario realizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación,.
Un lugar en el mundo
El caldenal es único en el mundo. Originalmente ocupaba el centro y sur de San Luis, sudoeste de Córdoba, centro sur de La Pampa, sur de Buenos Aires y el noreste de Río Negro.
“Debido a que en los últimos 100 años gran parte de la superficie correspondiente al bosque de caldén ha sido fuertemente afectada por actividades humanas, principalmente agricultura, ganadería, incendios, desmontes y desarrollo urbano, se ha producido una profunda transformación de sus ambientes naturales, se redujo la superficie boscosa y se modificó tanto su estructura como su composición específica”, dice el Inventario.
De la superficie original apenas queda un 31% y en muy mal estado. En Córdoba ocupaba unas 3.000.000 de hectáreas (un 20% del territorio provincial), mientras que hoy no supera las 50.000 has. (un 0,3% de la Provincia). En San Luis, antes, cubría unas 850.000 has. y ahora apenas unas 644.000 has. (un 1,8% del total provincial). En La Pampa había una superficie de bosque de 3.500.000 has., que abarcaba el 24% de la superficie provincial. Hoy apenas quedan un remanente de no más de 1.600.000 has., es decir, apenas un 11% del territorio provincial.
Especies que se van
El Inventario sistematiza estudios (en su gran mayoría realizada por investigadores pampeanos) sobre aspectos ecológicos y sociales de esta región del país. Señala que están identificadas una variedad de 333 especies de vertebrados, 71 mamíferos (mayormente terrestres), 68 reptiles, 15 anfibios y un total de 178 especies de aves, de las cuales unas 70 son acuáticas, semiacuáticas o periacuáticas.
Pero la degradación y la pérdida del hábitat son una amenaza actual. “En los últimos 100 años se han extinguido localmente unas 15 especies de vertebrados, y dos aves migratorias, la Gallineta antártica y el Playero esquimal, están a punto de desaparecer globalmente. La presencia histórica de algunas especies perdura sólo en toponimias que hoy sorprenden, pero que hace apenas un siglo testimoniaron, por ejemplo, la existencia de Panthera onca (“tigres” o yaguareté,) y de otros representantes de una fauna hoy extirpada para siempre del centro de Argentina”.
Según el trabajo de la SAyDS, ya no hay bosque original. De hecho, el que se observa, corresponde a una nueva configuración que le han dado el ganado, el fuego (sólo “en La Pampa se quemó un promedio de 300.000 hectáreas por año en los últimos 5 años”) y la introducción de especies exóticas. Así, caldenes flacos y pastizales naturales modificados conforman hoy un bosque impenetrable.


viernes, 24 de agosto de 2012

Poesía de Caldén


EL CALDEN


Caldén!!! Cuéntame tu origen
te pedí una calurosa tarde
y me contestaste ufano:
represento a mi raza india
y a esta tierra generosa.
Buena madera y también arde.


Amigo te digo hoy que tan lejos estoy
eres el Rey de La Pampa
de esa llanura gigante
de mis ancestros de antes.
¡¡ Nunca podrán lastimarte!!!


Tu lozanía es perenne
chauchas y ramas es tu ropaje
en todas las estaciones
permaneces inmutable


Cuando en tu querida tierra
arrecian las tempestades
o el viento de las guerras,
que todo quisiera llevarse,
junto a tu hermano indio
afincas tus pies en la tierra
y vencen las mezquindades.


Han pasado años
muchos siglos pasarán
en esa querida Pampa,
¡unidos permanecerán!


A muchas generaciones
que en el mundo sonreirán
juntos: tierra, raza, árbol,
y manso albergue brindarán.

jueves, 23 de agosto de 2012

Cuento Pampeano de Caldén


La Leyenda del Caldén (huitrú)
(Por Alicia V. Villapol de Cardoso - Icha)
(Cuento Pampeano)

 
En una pacífica tribu ranquelina mapuche, de las tantas que habitaban LA PAMPA vivía Huitrú, un peñí que correteaba como todos, por esta mapu que le pertenecía.
Era hostil y rebelde y, aunque pequeño, se daba cuenta de las penurias, sufrimientos y persecuciones de las que eran objeto.
Fue creciendo. Se convirtió en un joven fuerte y valeroso, con un solo ideal defender a su raza de las opresiones. Por esta causa fue perseguido y hostigado por sus caiñé.
Un día, al resistirse al saqueo de la toldería, fue capturado y mostrado como trofeo por sus adversarios, llevándolo lejos del lugar.
Esa misma noche, amparándose en la oscuridad reinante, logró escapar para buscar ayuda en otras tribus cercanas.
Cuando sus caiñé notaron que el indómito y bravo joven se había fugado, comenzaron a perseguirlo.
En su huida, Huitrú no se dio cuenta que se internaba cada vez más en el corazón del monte pampeano. En un momento se encontró enredado en unos bajos y enmarañados arbustos, y por más que luchó no pudo desligarse de sus ataduras.
Estaba sediento. Su cuerpo sangraba por las heridas que habían provocado las ramas y las relín. Su mollfun iba filtrándose en el suelo y atándolo cada vez mas.
Al verse perdido se encomendó a su Dios, guitu wuta chao, para que amparara a su raza a costa de su propia vida y, por un designio de éste, se lo vio de pronto convertido en un árbol frondoso, destinado a brindar alimento y sombra a sus peñi y a los animales, que serian los encargados de multiplicarlo por toda La Pampa.
Al amanecer, cuando sus hermanos y sus adversarios aún lo buscaban, sólo hallaron un imponente árbol en medio de estas extensas llanuras. El huitrú tenía las ramas cubiertas de relín, para defenderse de quienes lo quisieran cortar, y su mollfun se había convertido en una larga raíz buscando agua para saciar su sed, en lo más profundo de la mapu y poder aferrarse al hué que lo vio nacer. En el tronco se notaban las heridas sangrantes que el mapuche se hizo al huir.
Así como Huitrú (caldén) arraigado a este suelo, su raza sigue luchando por los derechos en estas tierras, afirmándose con fuerza y valor. Por eso, cuando se destruye un caldén, se mata un antepasado.


GLOSARIO:
Peñí: Hermano
Nollfun: Sangre. ICHA 8-8-98
Mapu: Tierra. Alicia B.Villapol de Cardoso
Huitrú: Caldén. Maestra integradora- Esc.N0 205
Caiñé: Enemigo TOAY- ( L P.)
Hué: Lugar.
Relín: Espina
Mapuche: Gente de la tierra